Del horror a la dignidad humana
Por Oz Castro
Anna Coleman Ladd era una aclamada escultora que habĂa sido educada en Roma y ParĂs que en 1917 se mudo a Boston para fundar el Estudio de Máscaras-Retrato de la Cruz Roja Americana en ParĂs, en dicho estudio se dedico a fabricar productos cosmĂ©ticos para ser usados por hombres que habĂan sido desfigurados en la Primera Guerra Mundial, esto le valiĂł el honor de recibir la medalla a la LegiĂłn de Honor y Caballero de Crois de la Orden de San Sava de Serbia, era autora de dos novelas y le otorgaron un estatus de artista privilegiada.
En cuanto a las prĂłtesis faciales se produjeron en parte por la necesidad econĂłmica y estĂ©tica, ¿cirugĂa reconstructiva en ese tiempo? impensable y menos para un soldado con un salario Ănfimo, las pocas cirugĂas de aquel tiempo aparte de costosas no aseguraban un Ă©xito.
Para las operaciones de restauraciĂłn se tomaban vaciados de yeso del rostro, una prueba sofocante de la que la arcilla y la plastilina fueron la base de todos los retratos posteriores y hacĂa especial Ă©nfasis en cejas, pestañas y bigotes que contenĂan pelo real, el peso de la mascara asĂ como de orejas, nariz u ojos eran de menor pero y cĂłmodos a la vez.
Las prĂłtesis no eran capaces de restaurar las funciones perdidas de la cara, pero quienes la portaban les devolvĂa Ladd la seguridad de no ser visto como monstruos en publico, seres mutilados o repudio, cuando irĂłnicamente pelearon por la "libertad" de su paĂs.
Numerosas cartas de los soldados y sus familias fueron remitidas a la señora Ladd en agradecimiento,..“Gracias a usted, voy a tener una casa, la mujer que amo ya no me encuentra repulsivo“, “Mis hijos ya no huyen aterrorizados al ver a su padre sin expresiĂłn“, «Gracias a usted, puedo volver a vivir. Gracias a usted, no me he enterrado vivo en las profundidades de un hospital para discapacitados» entre otras.
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