«Raw» tiene un argumento no muy diferente al de otras películas de terror, pero los estragos que ha causado en el público son mucho mayores. Cuenta la historia de Justine, una joven de 16 años que vive en una familia donde todo el mundo es veterinario y vegetariano. Siguiendo la tradición familiar, la protagonista decide estudiar también veterinaria, pero, desde su primer día en la facultad, se desvía radicalmente de sus principios y comienza a comer carne. Las consecuencias no tardan en llegar y Justine empieza a desvelar su verdadera naturaleza caníbal.
El filme, que ganó en mayo el Premio de la Crítica FIPRESCI en el Festival de Cannes, es tan gráfico que se ha convertido en una visita obligada para los seguidores del cine horror. Pero lo que nadie se imaginó en el Festival de Toronto (TIFF) es que hubiera que llamar a los servicios de emergencia para atender a un buen número de asistentes con ataques de ansiedad.
«Tuvimos que pedir varias ambulancias porque la película fue demasiado para algunos espectadores», aseguró a «The Guardian» el encargado de comercializar la película en el evento, Ryan Werner. Al parecer, fueron varios los asistentes que, ante las escenas de sangre, se desmayaron.
Lo cierto es que no es la primera vez que el tema del canibalismo se lleva al cine. Películas como ya que hay películas como «Holocausto Caníbal» y la reciente «Green Inferno» ya deleitaron a los amantes de este género. Alguna superproducción como «El silencio de los corderos» también abordó el tema desde un punto de vista más serio sin que tuviéramos noticias de este tipo.
Esto da pie a pensar de que pueda ser una maniobra publicitaria, como ocurriera en otras películas como «El proyecto de la bruja de Blair», en 1999. Además, en Cannes, donde se produjo su estreno mundial, no se produjo incidente alguno.
Para saber si esta cinta escrita y dirigida por Julia Ducournau, y protagonizada por Garance Marillier y Ella Rumpf, es tan exagerada como dicen, habrá que esperar a su llegada a las salas de cine en España.
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